Santiago de Chile, 13 dic (Prensa Latina) Miles de personas se congregaron una vez más en la Plaza de la Dignidad (Baquedano) en esta capital, al cumplirse hoy ocho semanas del estallido social contra el neoliberalismo y las desigualdades en Chile.
En esta oportunidad, la música se tomó la explanada convertida en epicentro de las protestas, con la presentación, entre otros, del emblemático Inti Illimani, así como Illapu y los Bunkers, grupos de más reciente creación pero promotores todos de la canción de contenido social.
Incluso los Bunkers, cuyos integrantes se separaron en 2014, volvieron hoy a reunirse para presentarse ante un entusiasta público, que coreó una tras otra las canciones de las diferentes agrupaciones.
La cantata, que comenzó pasadas las 17:00, hora local, fue convocada por la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y otras organizaciones sociales y de víctimas de la represión policial para condenar las violaciones de los derechos humanos a lo largo de casi dos meses de protestas, principalmente contra manifestaciones pacíficas.
Ello como colofón de una semana en la cual sobresalieron noticias contrastantes, de un lado, la aprobación por el Senado de una acusación constitucional contra el exministro del interior Andrés Chadwick, y del otro, la desestimación por la cámara de diputados de una acusación similar contra el presidente Sebastián Piñera.
Tanto Chadwick como Piñera son señalados como responsables de la represión desatada por fuerzas del ejército y de carabineros contra los manifestantes a partir del 18 de octubre, lo que ha provocado más de una veintena de fallecidos, y más de tres mil heridos, cientos de ellos con graves lesiones oculares.
También este viernes se conocido un informe de la alta comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, el cual puntualiza que «hay razones fundadas para sostener que, a partir del 18 de octubre, se han producido un elevado número de violaciones graves a los derechos humanos».
Añade que esos desmanes incluyen el uso excesivo o innecesario de la fuerza con la «privación arbitraria de la vida y en lesiones, la tortura y malos tratos, la violencia sexual y las detenciones arbitrarias», cometidas en todo el país.
El concierto y la manifestación ciudadana transcurrieron sin incidentes a pesar de no haber sido autorizados por la intendencia metropolitana.
La multitudinaria convocatoria, hecha por las redes sociales, conllevó al cierre del tránsito en amplios tramos de las avenidas que conducen a la plaza, a donde llegaron incluso familias completas, portando banderas de Chile y del pueblo mapuche así como carteles y lienzos con los principales reclamos del movimiento social.